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Galería de Arte en Granada
El artista español Lorenzo González es Catedrático numerario de Dibujo de INB y profesor titular de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Salamanca. La principal característica de su obra es la clara influencia matissiana, con colores muy vivos y formas cubistas. Ha realizado a lo largo de su trayectoria artística infinidad de exposiciones tanto individuales como colectivas, a nivel nacional e internacional en diferentes instituciones.
Nació Lorenzo González en Medina de Rioseco, la llamada “Ciudad de los Almirantes”. Su padre era militar, y cuando el pintor tenía 7 meses se traslada con la familia a Valladolid. Allí viven en la Plaza del Antiguo Coso en unas viviendas militares al lado de San Pablo Sitio, lugar privilegiado pues se trataba de la antigua plaza de toros, remodelada como casas en formas de corrala , donde los niños en aquella época salían a jugar. Actualmente es uno de los mejore sitios de Valladolid para vivir.
Estuvieron siete años, hasta que a su padre le trasladan a Salamanca. En esta ciudad estudió el Bachillerato y empieza a ir a clases de dibujo. Lorenzo había dibujado desde pequeño como hacen todos los críos pero él tiene la suerte de ir a la Escuela de San Eloy, con la profesora y gran pintora Mª Cecilia Martín. Ella hacía con él una excepción dejándole ir a su clase de pintura, ya que los chicos generalmente asistían a clase de dibujo técnico. Posteriormente fue el pintor Zacarías González también profesor de Lorenzo en Magisterio, el que le animó a estudiar Bellas Artes, cosa que haría años más tardes. Cuando acaba el Bachillerato estudia Magisterio, se casa con Angelines, su novia de Salamanca y nacen sus tres hijos.
Por esta época hace sus pinitos pictóricos, pero como lo que verdaderamente quería era seguir con la pintura, primero estudia en Sevilla los cursos generales de Filosofía y Letras, y cuando va a empezar Historia del Arte pasa a la escuela superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. Uno de sus buenos profesores fue el pintor D. Miguel Pérez Aguilera, que ya falleció. A Lorenzo le interesa especialmente su asignatura. Era un maestro del dibujo, innovador, diferente, con un trazo más suelto y de planteamiento más libre de lo habitual, este profesor le hace descubrir su pasión por el dibujo, y aunque Lorenzo había aprobado su asignatura le permite asistir a sus clases durando dos años más. Era muy buen pedagogo. Es precisamente Lorenzo González, su antiguo discípulo, el que tiene el honor y la gran satisfacción de organizarle muchos años más tarde una exposición en el Palacio de Arias Corbelle de Salamanca.
En Sevilla tuvo su primer estudio compartido con Bolaños, también profesor y , un gran paisajista, allí se reunían todas las tardes después de dar clase y los fines de semana recorrían los pueblos andaluces para pintar. Además tuvo Lorenzo la amistad de grandes artistas, como Álvarez Gámez, uno de los mejores cartelistas que había entonces. Participaban en todas las exposiciones colectivas que se hacían y es entonces cuando Lorenzo expone de manera periódica en una de las más importantes, la que se realizaba en el Pabellón Mudéjar de Sevilla en primavera y en otoño. Allí había pintores de toda España. Empieza participando en el año 73 y sigue hasta el 75. De esta época son las que hace en La Real Academia de Bellas Artes de Sevilla, la del Ayuntamiento de Isla Cristina, repitiendo en varias de ellas. Fue una época de mucho trabajo. En aquel momento se hacía en Sevilla una pintura muy académica, costumbrista, que tenía poco que ver con él. Un referente importante para Lorenzo era la galería de Juana de Aizpuru, futura directora de Arco, donde se podían ver exposiciones más novedosas de artistas como Gordillo etc… De estas fechas es también su primer contacto con la galería Varron de Salamanca, con su buen amigo Santiago, director y dueño de la misma con la que, durante toda su vida, se ha sentido identificado y en la que en repetidas ocasiones va a tener la satisfacción de exponer. (Ahora la galería no existe pues Santiago murió hace unos años). Precisamente estando en Sevilla prepara una gran exposición individual de dibujos que expondrá esta sala. Es en el 76 cuando gana el certamen Nacional Plastico que se celebraba ese año en Sevilla.
Durante este periodo sigue pintando y exponiendo consolidando lo que podría definir como la primera época de su pintura que llegará hasta los “80”. Le interesan una serie de pintores por el tratamiento que hacen del color, o la forma de estructurar el cuadro algunos pintores metafísicos como, De Chirico, Carra, y otros, tan diferentes como Torres García.
En este año aprueba las oposiciones de Instituto primero en calidad de profesor agregado y en el mismo curso de catedrático. Le dan plaza en Arenas de San Pedro. Recuerda Lorenzo Arenas de San Pedro como el momento más intimista, intenta contar historias con sus cuadros, casi siempre hace figura humana. Pinta en azules y verdes, col0res que producen sensaciones de frialdad. Le empieza a interesaar una especie de expresionismo en el que los personajes cuentan vivencias íntimas, casi siempre melancólicas y tristes. Arenas de San Pedro supone, además de un buen sitio para criar a sus hijos, que eran pequeños, una relación especial con la pintura. Allí había estado la sede de la Escuela de Verano de la Facultad de Bellas Artes de Madrid. Hace buenos amigos como el poeta Pablo Solana, Marcial Lafuente Estefanía (escritor de novelas del oeste), Luis María Areta, catedrático de Latín y otros. A casi todos les hace retratos, pero aprovecha para hacer también bodegones y paisajes, el mágnifico paisaje de Arenas.
En el año 1981 deja esta ciudad para trasladarse a Salamanca adquiriendo una plaza de profesor en el instituto Alba de Tormes, para posteriormente pasar al de “Lucía de Medrano” en la capital. Durante todo este periodo de tiempo compagina la actividad docente con la pintura. Es nombrado coordinador de Área Plástica del instituto de Ciencias de la Educación organizando paralelamente un programa de radio en la COPE llamado “Arte Nuestro” en el que colabora con una serie de profesores como Elvira Díez, historiadora; Ricardo López, crítico de Arte y Eusebio Sánchez Blanco como pintor y profesor. 1983 es el año en el que se implanta la Licenciatura de Bellas Artes en Salamanca empezando siete profesores. Lorenzo da la asignatura de Dibujo Técnico para posteriormente pasar a la de Dibujo del natural. Comienza estos años haciendo exposiciones en la Diputación de Salamanca, tres exposiciones en la galería Varron, en la titulada “El Circo” en Winker y cuatro más, así como con sus compañeros de la Facultad de Bellas Artes, en el Palacio de Arias Corveille, “Salamanca y su entorno” en Winker, en Madrid en la galería Balboa, homenaje a Unamuno, Caja de Ahorros de Salamanca, Museo de la casa Lys… repitiendo en muchas de estas salas a lo largo de este periodo.
En el año 87 hace la tesis Doctoral sobre el espacio y los primeros realismos conceptuales. Es el momento en el que deja de compatibilizar la Enseñanza Media con la Superior al acceder a la plaza por oposición como profesor titular de Universidad en la Facultad de Bellas Artes de Salamanca. Este cambio hace que pueda dedicarle mucho más tiempo a la pintura, algo que no ha dejado de hacer todos los días de su vida. Hoy es lo que sigue haciendo. El hacer de las Tesis no es incompatible con las exposiciones que hace en Caja de Ahorros de Palencia, Galería Castilla de Valladolid, “Quince pintores en Béjar” en Caja de Ahorros, en el Palacio de Arias Corveille “Salamanca pintada” , alternando con individuales como la de Centro Arte de León.
A partir de los 90 deja de ser prioritario el simbolismo o significado del cuadro y vuelve a preocuparse más por las estructuras y el color “……me puedo considerar como biznieto de las vanguardias históricas”. Para todos son referentes inagotables. Como apuntaba hace un momento la galería Varron siempre se caracterizó por su tendencia Vanguardista, por una apuesta más rompedora. Su línea de trabajo hace que se identifique con esta tendencia y vuelve a exponer en estas fechas y, es precisamente este galerista el que hace que su obra viaje a Japón en el año 1991 para participar en una gran exposición llamada “Art Expo”. De este extremo del mundo vuelve para participar en diferentes muestras a beneficio de los enfermos de Alzheimer, Mano Unidas, Certamen de Guadalajara y como su obra tuvo una buena acogida en León, reincide en galería Centro Arte, Balboa de Madrid, Caja de Salamanca y Soria…, como no, los deseos y añoranzas para volver a hacerlo en Valladolid en la galería Velázquez, y otro pequeño salto exponiendo en Wurzburg (Alemania).
Es 1993 y esta vez lo hace con sus compañeros de Facultad, en la sala más antigua de Salamanca y de gran tradición como es la galería Artis, al frente de ella un reconocido galerista y amigo como fue D. Juan Navaro. A él se le deben muchos comienzos de los que más tarde han sido grandes pintores y artistas de gran reconocimiento fuera y dentro de nuestra ciudad.
Durante estos años, Lorenzo ha tenido como amigos y buenos compañeros profesores que a su vez impartían docencia en la Facultad de Bellas Artes, pintores y escultores. Recuerdo que durante bastante tiempo un día de la semana salíamos a pintar al campo con la excusa de, por un lado vernos y charlar y por otra la de no olvidar el trabajo “de campo”… muchas veces dejado de lado por las circunstancias. En el grupo estábamos Lorenzo, José Luis Pérez Fiz, Eusebio Sánchez Blanco, José Luis Serna, Pilar Gutiérrez y yo, incluso algunas veces se añadía algún espontáneo. Fueron unos años en los que recorríamos los pueblos de los alrededores de Salamanca… con muchas ganas, mucho frío casi siempre, y lluvia a veces… pintábamos ermitas, estaciones de tren… desguaces o incluso cementerios, sin duda fue una experiencia tan enriquecedora que nos valió para que en estas fechas hciéramos una gran exposición que fundamentaba su discurso sobre la llamada “realidad”. El título del proyecto se llamaba “Realidad Transcrita, Realidad Transfigurada. Realidad Transmutada” somos los mismos y alguno más como Hipólito Peréz Calvo, José Luis Coomonte, Javier Gómez de Segura, Arturo Martínez, Luis de Horna, Elvira Díez, Ricardo López como escritores. Se expone en el Palacio de La Salina de Salamanca y posteriormente en la iglesia de La Encarnación de Zamora. Esta exposición es el inicio de una actividad plástica y que conlleva como resultado una itinerancia hasta el año 1996. Hablo sobre todo de ella por ser muy significativa, pero hay otras ya habituales en la trayectoria de Lorenzo como la de Manos Unidas, Varron y Balboa de Madrid.
Todavía no he dicho nada del gran descubrimiento que supuso para el artista Galicia y concretamente el pueblecito pescador de Viveiro. Aterrizó hace muchos veranos por una serie de circustancias y terminó recalando además los fines de semana del invierno y primaveras pues cuando puede allí se escapa con los suyos para disfrutar de una casa donde ve el mar y la montaña, como desde un gran ventanal. Allí tiene su estudio y de ahí son los referentes al mar que se apunta en algunos de sus cuadros. Surge la gran oportunidad de hacer una gran escultura con el escultor Jesús Casado. Es de tamaño monumental, para el Puerto de Vicedo (Lugo), monumento al Marinero Gallego, encargada por Excmo. Ayuntamiento de Vicedo.
Nos volvemos a reencontrar otra vez el grupo de pintores – amigos, participando en otra exposición de “53 Artistas Salmantinos” en el Palacio de La Salina de Salamanca y que viaja por toda la comunidad de Castilla y León.
Mujeres…
Si en la década de los 80, en sus cuadros se repite la figura masculina solitaria y melancólica, en este año prepara una gran exposición donde “la mujer” es la razón de este proyecto. Los cuadros son de un mismo formato con lo que la exposición transmite un equilibro y una unidad muy similar a la de “los hombres”. La muestra se expone en el Palacio de la Salina de Salamanca. Más tarde y sobre este tema hace una serie serigráfica. El proceso gráfico de la serigrafía le interesa no solamente por lo que tiene de directo, es también una manera de dar a conocer la obra de una forma extendida a la vez que obliga a un análisis de descomposición por planos muy interesante. Es entonces cuando pariticipa en Estampa, Feria Internacional del Grabado, en Madrid, en el año 1999 y 2000. Este proceso lo utiliza en varios momentos de su trabajo. El tamaño de la obra es bastante grande y es el propio pintor el que personalmente se ocupa de hacerlo en el taller de serigrafía. Esos años descubre algunas galerías en Andalucía alternando con su participación en Estampa, esta vez con la galería Bat de Madrid que a su vez lleva su obra a la Feria de Arte de Nueva York, expone en Arte &R de Málaga, y en galería Presentación de Granada.
En esta época sigue con exposiciones individuales en Artis de Salamanca, galería Dalmau de Barcelona… dice el pintor: “Si tengo que hacer un análisis, mejor una observación sobre mí, diré que me considero un vocacional de la enseñanza, siempre me ha gustado la docencia, el ser profesor te obliga a renovarte constantemente. Como pintor, veo la pintura como un trabajo apasionante, un trabajo que hace un profesional, que se va perfeccionando a base de horas, de búsqueda, poco a poco, pero en donde nunca terminas de aprenderlo todo. La pintura es un privilegio, pero no hay que olvidarse de la familia. Mis padres,Angelines mi novia, mi mujer, mi familia es lo mejor que he tenido en la vida. Aguantar a un artista es duro, y ella es la persona que me complementa, la mejor crítica que tengo. Nunca he hecho un cuadro sin enseñárselo a ella. Además he tenido la suerte de tener tres hijos estupendos y siete nietos. Tengo buenos amigos. Le estoy agradecido a la vida”.